A Joslyn Paguio le diagnosticaron el VPH, un virus que puede causar cáncer cervical, a mediados de su primer año en la universidad. La clínica médica de la institución en la que estudiaba no le proporcionó más información, pero ella investigó y encontró un ginecólogo obstetra que determinó que la cepa de VPH de Paguio tenía un riesgo alto de convertirse en cáncer y recomendó un seguimiento cuidadoso.
Años después, unas semanas antes de su matrimonio, a Paguio le diagnosticaron cáncer cervical de etapa 1. Paguio se sintió afortunada de poder esperar hasta después de su luna de miel para someterse a la cirugía que se recomendó para remover parte de su cuello uterino.
"Después de la cirugía, el sexo fue diferente. Era incómodo y doloroso", dijo. "Mi esposo temía lastimarme. Él estaba alerta y eso limitó nuestra vida sexual". Paguio se mantuvo pendiente de las examinaciones y en 2021, cuando su hija estaba en la escuela primaria, le diagnosticaron otra vez cáncer cervical. Esta vez Paguio se sometió a una histerectomía. El sexo cambió para Paguio otra vez, pero esta vez más radicalmente.
"Nadie te advierte del dolor", dijo Paguio. "Después de tener relaciones sexuales, pasaba un día entero desplomada en posición fetal, sangrando abundantemente y tomando ibuprofeno. Fui a una consulta médica y dije, 'esto no es normal. Usted dijo que podría tener sexo otra vez’".
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El sexo después del tratamiento para el cáncer cervical
Linda Eckert, M.D., profesora de ginecología y obstetricia del departamento de medicina general y de ginecología y obstetricia de la Universidad de Washington y autora de Enough: Because We Can Stop Cervical Cancer [Suficiente: porque podemos detener al cáncer cervical], dijo "[los proveedores de atención médica] tienden a pensar que el cáncer cervical puede curarse a largo plazo, pero los cambios causados por el tratamiento pueden ser devastadores. No se habla suficiente del sexo y eso no debería ser así".En un estudio, la mayoría de sobrevivientes de cáncer cervical reportaron tener vidas sexuales satisfactorias después del tratamiento. Pero tener una vida sexual satisfactoria después del tratamiento de cáncer cervical podría requerir cambios. Las advertencias acerca de los posibles efectos colaterales del tratamiento y sus impactos potenciales en la sexualidad, física y emocional, frecuentemente no son adecuadas. Y esta información podría ser útil para que las sobrevivientes se preparen mentalmente y para que tomen las medidas necesarias para hacer ajustes.Los efectos del tratamiento para el cáncer cervical en los órganos sexuales
El tratamiento para el cáncer cervical depende de la etapa en la que se identifique el cáncer. Si se detecta temprano, hay opciones quirúrgicas para el tratamiento que generalmente hacen que la vagina se vuelva más pequeña. Pero según Eckert, el tejido de la vagina "es tolerante y elástico" cuando no hay cambios de las hormonas del sistema reproductivo. Sin embargo, un diagnóstico en etapas posteriores frecuentemente implica radiación y quimioterapia como parte del tratamiento. La radiación a veces puede causar una cicatrización "devastadora", un cambio de la forma y la flexibilidad de la vagina e incluso cambios de la secreción vaginal.
El sexo debería ser parte de las conversaciones del tratamiento
A Christy Chambers le diagnosticaron cáncer cervical de etapa 4b. Su plan terapéutico incluyó dosis bajas de quimioterapia y radiación externa, seguidas por inmunoterapia. Tuvo muchos efectos colaterales durante sus tratamientos pero le dijeron que "no habían rastros de la enfermedad" en mayo de 2023.
"Reanudar mi vida sexual me ponía muy nerviosa", dijo Chambers. "Si bien no me sometí a radiación interna, aun así el tratamiento alteró la estructura interna de mi vagina. La profundidad interna era más corta y pequeña, además de muy seca y estrecha. Mi pareja fue muy paciente, pero me sentía culpable porque frecuentemente debíamos suspender nuestras relaciones sexuales debido a mis molestias".
Chambers dijo que nadie de su equipo médico mencionó la intimidad y que no se abordó en el paquete informativo que le dio el hospital. "El equipo médico lo mencionó dos años después del final de tratamiento", dijo.
Barb DePree, M.D., directora del departamento de servicios para la mediana edad de la mujer de Holland Hospital y miembro del consejo de asesoría de la salud de la mujer de HealthyWomen, dijo que frecuentemente no se habla del sexo después de un diagnóstico de cáncer cervical porque muchos proveedores de atención médica se enfocan principalmente en un tratamiento exitoso contra el cáncer y no piensan que el cuello uterino es una parte importante de los encuentros sexuales. Sin embargo, dijo, "es conveniente tomar un minuto antes de que empiece el tratamiento para comprender qué cambios podrían haber. Es realista indicar que podría requerirse terapia sexual y terapia del suelo pélvico como parte de la recuperación".
Eckert dijo que las pacientes no saben suficiente para preguntar de antemano acerca de los efectos potenciales en sus sexualidades y en sus vidas sexuales. "Con un cáncer en la región genital, el doctor decide si menciona los cambios potenciales de la sexualidad, de la libido, del funcionamiento y de la adaptación".
Eckert dijo que las sobrevivientes que entrevistó para su libro principalmente obtuvieron información acerca del sexo después del tratamiento de otras sobrevivientes. "En muy pocas ocasiones les dijeron que un uso agresivo y temprano de dilatadores, por ejemplo, puede ser útil para los cambios vaginales y usualmente reciben este tipo de recomendaciones de otras sobrevivientes. O es posible que no estén preparadas para tener una menopausia inducida por el tratamiento y eso tendrá un efecto rápido en los niveles estrogénicos y en la integridad vaginal".
Paguio encontró un ginecólogo obstetra que escuchó y comprendió sus dificultades y que recomendó que visite a un terapeuta físico que trabaje específicamente con problemas del suelo pélvico. "Tenía dudas", dijo. "Sonaba raro. No pensé que funcionaría”. Pero el terapeuta físico le convenció que vaya a 10 sesiones y que dejase de venir si no resultaban útiles.
"Después de la quinta sesión, vi una mejora", dijo Paguio. Ella y su esposo también tuvieron consultas con terapeutas en forma individual para lidiar con la ansiedad relacionada con el cáncer y su impacto en sus vidas, incluyendo sus vidas sexuales.
"Me di cuenta que tenía una angustia aprensiva antes del sexo", dijo Paguio. "La terapia me permitió decirle a mi esposo que no estaba de ánimo. Si no estoy de ánimo, no se va a sentir bien y simplemente será una mala experiencia. La terapia fue útil para comunicarnos mejor".
A Chambers también le pareció útil la terapia del suelo pélvico. "Me hubiera gustado saberlo antes puesto que eso me hubiese permitido recuperar la intimidad más fácilmente", dijo Chambers, quien también recomendó terapia sexual y para parejas.
Es importante recordar que la intimidad no siempre tiene que incluir sexo con penetración. Hay otras formas de intimidad, tales como juegos con los dedos, sexo oral e incluso solo acariciarse. Parte de tu comunicación con tu pareja debería incluir hablar de qué opciones son agradables para ambos.
Tomó aproximadamente tres meses para que Chambers y su esposo tengan sexo con penetración nuevamente después de reanudar su intimidad. "La lubricación fue clave, jugamos mucho con los dedos y tuvimos mucha estimulación hasta que estuve suficientemente relajada [para tener ganas]", dijo Chambers.
Encuentra el apoyo adecuado
Entre más pronto abordes cualquier impacto sexual del tratamiento, mejores resultados obtendrás para restaurar íntegramente tus funciones. DePree recomendó usar dilatadores pronto si el tejido vaginal se siente menos sensible o muy estrecho. "Entre más te demores en abordarlo, más difícil será revertir los cambios", dijo DePree.
Terapeutas del suelo pélvico pueden mostrar a sus pacientes como usar dilatadores vaginales para expandir y relajar el tejido vaginal. Estos especialistas en terapia física también pueden ayudar a sus pacientes a encontrar humectantes y lubricantes vaginales que funcionen bien para ellas. Los humectantes vaginales se usan diariamente, tal como los humectantes de la piel, para que el tejido vaginal se mantenga flexible mientras que los lubricantes se usan solamente durante las relaciones sexuales, para reducir la fricción. Cuando se reanude el sexo con penetración, Eckert recomendó el uso temprano de dilatadores y dispositivos para controlar la profundidad.
"Tu vida después del cáncer nunca volverá a ser lo que fue, pero definitivamente puedes tener un nuevo estándar de normalidad", dijo Chambers. "Mantengan una comunicación abierta y honesta en pareja. Asociar el coito con dolor hará que desees identificar una solución cada vez menos. Si está causando dolor, para y encuentra una solución. Experimenta e identifica lo que funciona para ti".
Encontrar apoyo puede ser tremendamente útil. Eckert dijo que los grupos de sobrevivientes pueden ser valiosos para compartir información y un equipo médico empático puede hacer maravillas. "Encuentra un ginecólogo que no solo se sienta cómodo cuando hable de la supervivencia, sino que también reconozca que la supervivencia continuará durante toda tu vida".
Este recurso educativo se preparó con el apoyo de Merck.
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