Shannon Shelton Miller is an award-winning writer and journalist who specializes in education, parenting, culture and diversity, sports, and health and beauty articles. She has been published in the New York Times, the Washington Post, ESPN.com, Slate, InStyle and the Huffington Post.
Los tratamientos que salvan vidas pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas. Un cardio-oncólogo puede ayudar a mantener su corazón sano mientras lucha contra el cáncer.
Los tratamientos que salvan vidas pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas. Un cardio-oncólogo puede ayudar a mantener su corazón sano mientras lucha contra el cáncer.
Décadas de investigación y mejoramiento del tratamiento — junto con una mayor conciencia de la importancia de la detección precoz — han hecho posible que la mayoría de las personas diagnosticadas con cáncer tengan una vida más larga y plena. Según las estadísticas más recientes de la American Cancer Society, la tasa de supervivencia a cinco años para todos los tipos de cáncer ha aumentado a una cifra récord de 67%, mientras que la tasa de mortalidad por cáncer en los Estados Unidos se redujo en un 29% entre 1991 y 2017.
Estas son buenas nuevas desde cualquier punto de vista, pero como muchos sobrevivientes pueden dar fe, su lucha contra el cáncer a menudo tiene efectos prolongados sobre su salud en general. Las terapias contra el cáncer aumentan el riesgo de las enfermedades cardíacas, aumentando la necesidad de la especialidad de cardio-oncología, un campo emergente en la medicina cardiovascular que trabaja para mitigar los efectos del tratamiento del cáncer en el sistema cardiovascular.
Los cardio-oncólogos trabajan con pacientes que tienen una enfermedad cardíaca o que están en riesgo de desarrollar una enfermedad cardíaca antes de empezar el tratamiento contra el cáncer, pacientes que desarrollan afecciones cardíacas mientras se someten a un tratamiento contra el cáncer, y sobrevivientes de cáncer cuyos corazones han sido dañados por medicamentos de quimioterapia y radioterapia.
Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en las mujeres, y las tasas de enfermedades cardiovasculares aumentan con el inicio de la menopausia (debido a la disminución de los niveles de estrógeno) y después del tratamiento del cáncer de mama. Esto es importante ya que el cáncer de mama es el diagnóstico de cáncer no cutáneo más frecuente entre las mujeres estadounidenses, y es probable que una de cada ocho mujeres desarrolle la enfermedad en su vida.
El arma de doble filo del tratamiento del cáncer
Incluso si nunca ha tenido problemas cardiovasculares antes de su diagnóstico de cáncer, es posible que deba consultar a un cardio-oncólogo, ya que la quimioterapia, la radioterapia y ciertas terapias dirigidas contra el cáncer pueden dañar su corazón.
Un cardio-oncólogo puede ofrecer pruebas de detección e imágenes con frecuencia junto con análisis de sangre durante su tratamiento contra el cáncer en busca de signos de problemas cardíacos, y podría modificar su tratamiento según sea necesario.
Si la diagnostican con cáncer y sufre de una enfermedad cardíaca o tiene un alto riesgo de enfermedad cardíaca, un cardio-oncólogo incorporará su tratamiento contra el cáncer junto con sus cuidados cardiovasculares. Su historial de enfermedad cardíaca y los factores de riesgo de afecciones cardíacas serán considerados cuando su proveedor de atención médica seleccione los medicamentos de quimioterapia que se le administrarán y las dosis que tomará.
Pídale a su cardio-oncólogo que le informe sobre los posibles efectos de los medicamentos de la quimioterapia y la radiación en su corazón, y cómo se tratarán los problemas durante y después de su terapia contra el cáncer.
Reduciendo su riesgo
Asegúrese de abordar la salud de su corazón durante sus visitas de bienestar de rutina para poder atender los problemas existentes —independientemente del diagnóstico de cáncer. Si tiene hipertensión arterial o colesterol alto, ambas enfermedades pueden controlarse mediante cambios en la dieta y el estilo de vida, junto con medicamentos si fuera necesario. De hecho, algunos estudios sugieren que los medicamentos para combatir la hipertensión y el colesterol alto pueden ser protectores durante la quimioterapia.
Los factores de riesgo del cáncer de mama y enfermedad cardiovascular son notablemente similares. Los dos factores de riesgo grandes sobre los que las mujeres tienen cierto control son la dieta y el ejercicio. Otros factores de riesgo importantes incluyen la edad (en particular, ser posmenopáusica), tener sobrepeso u obesidad, presión arterial alta, colesterol alto, antecedentes familiares de enfermedades cardíacas y tabaquismo.
Para disminuir su riesgo total de cáncer y enfermedades cardíacas, enfóquese en hacer cambios en su dieta que incluya más frutas y verduras, proteínas saludables y granos integrales, y menos sal y grasas saturadas. Seguir una dieta saludable para el corazón, como la dieta DASH, que es baja en sal y grasas saturadas y evitar los alimentos procesados, las grasas saturadas y los azúcares refinados puede ayudarla a perder peso. Otros pasos importantes son dejar de fumar y seguir las pautas de la American Heart Association de 150 minutos de actividad física a la semana.
Colaborando con su cardio-oncólogo para cuidar su corazón antes, durante y después del tratamiento del cáncer puede ayudar a mejorar la salud de su corazón y su calidad de vida. Después de sobrevivir al cáncer, se lo merece.